3º TRAMO con Artemisa Semedo
3º TRAMO con Artemisa Semedo
Deconstruyendo el concepto de identidad en la escuela.
Martes 10 de mayo 8h10 a 10h10
Miércoles 11 de mayo de 11h30 a 14h10
Viernes 13 de mayo de 11h30 a 14h10
Departamento de educación del Museo Reina Sofia.
“¿Y si…?” es un laboratorio de creación para compartir preguntas en torno a la deconstrucción del concepto de identidad desde una perspectiva crítica, situada y decolonial. Organizado como espacio de trabajo colaborativo en tres actos, este laboratorio se realiza junto a un grupo de alumnxs del IES Pradolongo en Madrid y se enmarca en el programa “Una grieta“ del Departamento de Educación del Museo Reina Sofía, que promuve el arte en la escuela como detonante de nuevos procesos de aprendizaje relacionados con el momento presente.

A través de la experiencia autobiográfica y a lo largo de las sesiones de los compañeros Jose y Mbarek, nos sumergimos en nuestras percepciones y emociones, para replantear el concepto de identidad no como algo cerrado y estático sino más bien todo lo contrario. Además, intentaremos resignificar la identidad dentro de una sociedad cisteheronormativo patriarcal que nos dicta cómo debemos ser o como se supone que debemos llevar nuestras vidas, enmascarando nuestros deseos y nuestra emotividad. Con diferentes juegos y herramientas (espejo/fotografía) iremos dándole forma a nuestras identidades para que podamos escribir todo aquello que forma parte de nosotrxs y que a día de hoy nos hace ser las personas que somos.
Texto Artemisa Semedo:
En la sociedad actual en la que convivimos y debido sobre todo a la masificación, globalización y al capitalismo, se genera un discurso hegemónico sobre la identidad en la que la forma de autorrepresentación se distorsiona y provoca una alteración en la forma en como nos presentamos al mundo, o el concepto de nosotras mismas no se corresponde con la realidad. Un ejemplo de ello, son las redes sociales, donde se percibe una vida fantasiosa en la que todo el rato se exponen situaciones positivas e irreales de un modo de vida inalcanzable o un modo de vida solo para unos pocos; los influencers nos venden productos que no usan, pero nos recomiendan comprarlos y adquirirlos si queremos parecernos a ellos, subimos fotos en las que mostramos solo lo positivo, provocando que queramos consumir vidas ajenas a las nuestras y desvalorizando lo que tenemos y lo que somos además de alejarnos de la capacidad de ponernos en el lugar del otro. El uso desproporcionado de las redes sociales desencadena problemas en nuestra salud mental como bajo autoestima, insatisfacción personal, carencias…
Una problemática que he identificado desde mis quehaceres artísticos con la escritura en adolescentes, es la falta grave de la capacidad de expresión a través de las palabras ligado a asumir las nuevas tecnologías como herramientas del futuro pero que nos separan mucho de nosotras mismas, ejemplo de ello, el uso del teclado que ha llegado para sustituir el uso de la escritura manual, también sus capacidades de hablar de sí mismos y las cosas que les ocurren, sus preocupaciones, problemas, sueños, objetivos…se ven afectadas a la hora de presentarse frente al mundo por esa tarea de compararse todo el rato con otras personas que consideran que tienen más capacidades que ellos o asumen que ellos no las tienen.
Mis sesiones fueron alrededor de mostrarles que, sí tienen historias que contar, y darles la importancia que se merecen. He usado la escritura como un elemento y herramienta de sanación, donde puedan contar como se sienten sin cuestionar las emociones que fueron apareciendo, básicamente usar sus vivencias como forma de empoderamiento siempre desde el juego y la reflexión sobre una misma. He comprobado a lo largo de las sesiones como se fueron sumergiendo en sus vidas interiores para contarme sus cosmologías, sus inquietudes, sus dichas… de forma progresiva e implicándose con los ejercicios que les iba proponiendo. Fueron capaces de mostrar su fragilidad sin bloquearlo además de mostrar compasión entre ellos. A parte de la identidad propia, fueron conscientes de una identidad colectiva que a mi parecer también, en cierta manera, ayudó a la clase a conectarse entre ellos. Salgo muy satisfecha por la entrega que percibí de ellos y por la escucha, que es a mi parecer algo tan importante y necesario a día de hoy, para la comprensión de una misma y de los demás.