Manifiesto «Una Ética de Catástrofe»
Manifiesto "Una Ética de Catástrofe"

ANTE UN CLAMOR QUE NO PUEDEN DESOÍR: UNA ÉTICA DE CATÁSTROFE
En la última asamblea de #MuseoSituado fue unánime la voluntad de manifestar nuestra honda preocupación por el impacto que el crítico contexto sanitario y social actual están teniendo en las vidas de muchas personas.
Ante la emergencia que se está viviendo, queremos defender la idea de que es necesaria una ética de la solidaridad semejante a la que surge espontáneamente en momentos de catástrofe. Pensamos que así sucedió en distintos barrios de Madrid durante el primer confinamiento y eso ayudó a contener el sufrimiento y el hambre de muchas familias, algunas arrastrando la dificultad ya con anterioridad y otras afrontando una pobreza sobrevenida de golpe. Pero las redes de solidaridad, que rápidamente asumieron la enorme tarea de ayudar a sus vecinas, se han encontrado, asombrosamente, con límites inesperados dado que las administraciones no solo no han apoyado su labor, sino que la han dificultado.
El sufrimiento y la dificultad que atraviesan innumerables familias y personas solas en nuestros barrios esperando una ayuda pública que no llega se ha convertido en un clamor ensordecedor: no es posible desoír y abandonar en condiciones indignas a tantas personas que viven sin lo básico. Vidas que parece que no importan; vidas descartables.
Hablamos de muchas nuevas personas en situación de calle, o en condiciones de marginalidad, cuyos códigos de supervivencia no se conocen. De nuevos perfiles de pobreza. Del empobrecimiento abrupto de la clase media que de golpe se ve arrojada al abismo, sin trabajo ni vivienda, ni recursos. De personas enfermas o que pasaron por la enfermedad y sufren sus secuelas. Hablamos también de personas migrantes, de demandantes de asilo, cuyos trámites están paralizados y sin respuesta, o simplemente denegados. Gentes que, por otra parte, han estado entre las primeras en poner el cuerpo para ayudar al colectivo cuando las circunstancias lo han demandado. Han estado repartiendo bolsas de alimentos o sacando nieve sin reparar en su invisibilidad, en su falta de papeles, en sus derechos humanos desatendidos.
No toleramos que nuestras vecinas pasen hambre o frío, o que sus niños/as no puedan seguir las clases porque no tienen internet, que no puedan pagar la electricidad ni calentar sus casas en medio del crudo invierno. No se puede naturalizar la falta de respuesta y el abandono de las autoridades. El voluntariado o la invocación a la buena voluntad de las vecinas no pueden ser la respuesta institucional. Necesitamos medidas concretas y urgentes que palien esta agravada situación, que parece prolongarse y complicarse aún más.
No hay futuro sin cultura, pero tampoco hay cultura sin futuro. Una institución cultural no puede desconocer o ignorar las necesidades de las personas de su entorno inmediato.
POR ELLO SOLICITAMOS A LAS AUTORIDADES:
- Que se ponga en marcha un PLAN DE EMERGENCIA SOCIAL que aborde la situación de catástrofe desde una perspectiva global: crisis alimentaria, crisis sanitaria, crisis de vivienda, crisis educativa, crisis de acceso a los derechos básicos por los migrantes.
- Que se haga partiendo del DIÁLOGO Y LA COLABORACIÓN CON LOS COLECTIVOS que están supliendo las deficiencias de unos servicios públicos ausentes o ineficaces. Que detenga la criminalización de la autogestión ante la crisis, apoye con espacios y recursos a las organizaciones y redes de solidaridad y que tenga en cuenta los saberes y la experiencia de los movimientos sociales.
- Que se asegure el acceso a la SALUD de todas las personas con independencia de su estado administrativo, entendiendo ésta de forma integral, incluida la alimentación y la vivienda. Debe atender a las BARRERAS DEL IDIOMA, disponiendo de intérpretes mediadores en distintas lenguas migrantes en los hospitales, centros de salud y otras dependencias públicas.
- Que se garantice el derecho a la EDUCACIÓN mediante la dotación de recursos técnicos y humanos que faciliten la educación semipresencial y que posibilite una vuelta segura a la escuela mediante la contratación de profesorado y la mejora de las instalaciones. Consideramos LA ESCUELA como un servicio esencial que garantiza el acceso a la educación y la cohesión social.
- Que se permita y promueva la REGULARIZACIÓN DE LAS PERSONAS MIGRANTES, facilitando el empadronamiento y el acceso a los servicios público/sociales, tanto en medio de la emergencia como a partir de ahora. La vida es un derecho universal que no entiende de papeles. Una sociedad justa es una sociedad en la que ningún ser humano es ilegal.
- Que se responda a la EMERGENCIA DE VIVIENDA para familias y personas en situación precaria o sin hogar, impidiendo los desahucios, poniendo en uso las viviendas vacías y regulando los alquileres en alza por la gentrificación y turistización.
- Que se establezcan mecanismos eficaces y accesibles para responder a la catástrofe social provocada por la destrucción masiva del TRABAJO. Que se dejen de perseguir las formas de subsistencia a través de la economía informal y se facilite la formación sociolaboral para todas.
- Que se recupere la herramienta de las MESAS MIXTAS DE DIÁLOGO entre las administraciones, los colectivos sociales y la ciudadanía para abordar los problemas sobre el terreno y buscar soluciones a medio y largo plazo más allá de la emergencia actual.
NO PODEMOS QUEDARNOS QUIETAS ESPERANDO PASIVAMENTE EL FIN DEL MUNDO. ¡NO PODEMOS NO HACER NADA!
¡Súmate a #unaÉticadeCatástrofe!